Boinas Elósegui es una de las empresas más tradicionales de Tolosa; y a la vez, una de las más conocidas internacionalmente: sus boinas fabricadas en Tolosa se venden por todo el mundo. Es la única empresa de boinas en Europa que las fabrica en el mismo lugar desde el principio a fin, íntegramente. Por eso, hemos querido entrar a la fábrica para conocer todo el proceso.
Boinas Elósegui se fundó hace 161 años, en el 1858. Su fundador, Antonio Elósegui, tenía ganas de crear una empresa diferente, y después de pensar mucho y trabajar diferentes ideas, comenzó a fabricar boinas por casualidad. Por eso mismo, la empresa se llamó en sus inicios “La Casualidad”.
En el taller ubicado en Tolosa, mantienen todavía las máquinas antiguas. Pero gracias a la evolución industrial, la productividad ha mejorado una barbaridad. En sus inicios, al tejer las boinas a mano y hacer el proceso manualmente, se hacía una boina por día y trabajador/a. Después, gracias al tejido mecánico, pasaron a hacerse de 15 a 20 unidades; y a los pocos años (en 1883), esta cifra se multiplicó por 10 hasta pasar a las 150/200 unidades.
Uno de los puntos fuertes de Boinas Elósegui es la calidad del producto: la lana, de 18 microfibras 100% merino, llega desde Australia. Después de hilarlo, empiezan a trabajarlo en el taller de Tolosa. La calidad de estas boinas se aprecia en su flexibilidad, en el aislamiento térmico, y en que repele el agua: según el director comercial actual Ander Astigarraga, “si no fuese así, no tendría sentido ponerse una txapela”.
El proceso de la boina comienza con el tricotado de lo que será la boina, tejiendo la lana australiana. Es asombroso cómo desde esta pieza se llega a conseguir la verdadera Boina Elósegui.
Es después de pasar por la máquina abatanadora, donde se golpea el tejido humedecido y con calor durante 4 horas, cuando la boina tiene ya esa textura afieltrada. Se consigue una boina compacta y reducida en tamaño, y el siguiente paso será teñirla para darle el color exacto que se desea.
Una vez coloreada la boina, llega el momento de moldearla con moldes de diferentes tamaños, para dar forma a boinas de diferentes medidas. Se deja un tiempo con el molde dentro, y después se seca para darle la forma definitiva con un último golpe de calor. Finalmente, pasa por otra máquina que le cortará los pelitos y dejará la boina suave para que no pique ni irrite la piel.
Antes de comercializar la boina, las operarias cosen el forro para la boina una a una: han cambiado mucho desde 1858. Además de los forros originales de Boinas Elósegui, se han hecho un montón de colaboraciones internacionales (hasta llegar a las Fashion Weeks y pasarelas).
Lo que está claro es que es una obra de arte como desde un solo hilo de lana se consiguen estas preciosas Boinas Elósegui, disponibles hoy en día en un montón de colores (¡y también diferentes formas!). Para cubrirse la cabeza en días de frío y lluvia, o para llevar como complemento en los días más bonitos. ¿No es un curioso souvenir?